El uso de las TICs (tecnologías de la información y comunicación) en la educación ha sido uno de los temas candentes de los últimos año, como algo imprescindible en la inclusión de los niños en la sociedad actual (alfabetización digital) y como una herramienta motivadora, dinámica y que propicia el aprendizaje personalizado.
Pues bien, nada funcionó con ordenador, y con dificultad funciona cuando la música es grabada. Me extrañó mucho, pero justo empecé a leer el libro de musicoterapia del profesor Benenzon que defiende en su teoría que la labor de la musicoterapia (especialmente en personas con trastorno de espectro autista) es restaurar la relación de la persona con los demás; "abrir canales de comunicación en el ser humano". Labor en la que las TICs pueden ser estímulos nocivos, mientras que las técnicas no-verbales serían mediadoras para evocar su identidad sonora (ISO) y restaurar su relación con los demás.
En determinado momento de su historia, la persona sufre "alteraciones en el proceso evolutivo" que crean frustración; entonces surge una tendencia a añorar "etapas anteriores que fueron vividas con mayor o menor éxito" Aparece una regresión que puede llevar al bloqueo del Yo. De manera que la regresión puede producirse a una fase en la que no tenga interés en mantener contacto con los demás.
Así, el trabajo con TICs puede fomentar este aislamiento, el bloqueo, y la incomunicación, aunque es cierto que puede ayudarle a desarrollar contenidos intelectuales. También la información masificada "produce paulatinamente la distorsión de la información y el cierre de canales de comunicación. Sin embargo, el contacto personal y especialmente las técnicas no-verbales (sonido, expresión y contacto corporal...) es la "posibilidad de apertura real de los canales de comunicación entre las personas" Mediante estas técnicas podemos llegar a la identidad sonora del individuo, formada en parte por componentes genéticos y en parte por su experiencia en los primeros momentos de su vida (incluida la prenatal) Con el sonido y el lenguaje corporal como elemento mediador podemos acceder a la persona y a su identidad de manera que se sienta segura y pueda abrir estos canales de comunicación. "El terapeuta conduce la comunicación de tal manera que el paciente se vea expuesto a situaciones e intercambios de mensajes que eventualmente producirán relaciones sociales más gratificantes"
Nicolás maneja a su manera el lenguaje, no habla fluidamente, pero se expresa bien, por lo que la comunicación con él es más sencilla. Sin embargo sí he visto que siempre se motiva más cuando al lenguaje verbal le acompañan dibujos, marionetas, o contacto físico. Por otra parte el lenguaje verbal en ocasiones le produce frustración, cuando nos enfrentamos a un texto con muchas palabras o cuando no entiende bien las instrucciones y siente que no sabe qué tiene que hacer. Sin embargo, escuchando el sonido de las cuerdas de la guitarra o de las láminas del xilófono y le encanta producirlas él.
Creo que la música para él sí es una manera de comunicarse y encontrar gratificación en ello. Ahora está en su ordenador y pide ¡música! Seguiremos explorando juntos.
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